La combustión
del gas tiene las ventajas de ser limpia, no genera residuos, ni hollín,
tampoco subproductos
peligrosos para el ambiente. Por otro lado, los gases
poseen una gran capacidad calorífica. El suministro del gas puede darse a
través de una red de abastecimiento público, como en el caso de gas natural. También
se puede obtener por suministro privado, para el butano y el propano. En estos
casos, las instalaciones interiores presentan características diferentes,
aunque pueden tratarse a un tiempo ya que en lo referente a materiales,
condiciones de ejecución y seguridad, son similares.
Las
instalaciones de gas deben ser ejecutadas correctamente y según la normativa en
vigor; debe cuidarse los materiales empleados y sus uniones. Debe tenerse en
cuenta que un escape de gas es muy peligroso, puede acarrear desgracias por
pérdidas de vidas humanas, destrucción del edificio y hasta de las
construcciones linderas. Son de obligado cumplimiento DB-SI: Documento Básico
de Seguridad contra Incendios, Instalaciones NTE-I, Instalaciones reguladas por
el Real Decreto 1853/1993, de 22 de Octubre por el que se aprueba el Reglamento
de Instalaciones de Gas en Locales Destinados a Usos Domésticos, Colectivos o Comerciales.
Gas Propano
El Gas Propano
también es un Gas Licuado de Petróleo. Se emplea en instalaciones
centralizadas, con un depósito exterior que es llenado por la compañía
suministradora, o se expende en botellas de 20 kg.
Este gas es
más pesado que el aire y tiene mayor poder calorífico que el gas butano, sin
tener problemas con las bajas temperaturas.
En zonas donde
no existe red de abastecimiento de gas natural, se utiliza el gas propano
envasado en depósitos comunales.
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